Historia

La Federación Vasca de Rugby (FVR), la Federación Navarra de Rugby (FNR) y el Comité Departamental de Rugby 64 (CD64), como entidades competentes en materia de promoción y organización del rugby en la Comunidad Autónoma de Euskadi, Navarra y en el departamento de Pirineos Atlánticos, respectivamente, han acordado abordar un proceso estratégico conjunto que permita desarrollar un nuevo marco de actuación de carácter transfronterizo para el rugby vasco –entendiendo como rugby vasco toda la actividad deportiva desarrollada en el ámbito de las tres entidades-.

Con este proyecto se pretende otorgar un marco estable de actuación a las diferentes acciones de carácter transfronterizo que de forma puntual vienen desarrollando los diferentes actores del rugby vasco –federaciones y clubes, principalmente-, y se integren dentro de un programa planificado, estructurado y liderado por la FVR, la FNR y el CD64.

Este proyecto conjunto entre la FVR, la FNR y el CD64 tiene su origen en la necesidad de ajustar el modelo de competición y la estructura organizativa del rugby no profesional a la realidad deportiva, social y económica actual, aumentando los parámetros de eficiencia en la gestión de recursos y atendiendo a las expectativas reales de los agentes que conforman el rugby local.

La gestión y organización del rugby vasco, tanto en la CAPV, en Navarra como en Aquitania, está supeditada a los límites administrativos y geográficos, y a las directrices que emanan desde las federaciones de ámbito estatal, que impulsan las competiciones estatales como referencia deportiva principal, sin cuestionar las consecuencias derivadas de fomentar un modelo que, sin duda, cada vez se encuentra más alejado de las necesidades, de las posibilidades y de las expectativas de clubes y deportistas. Los clubes presentan cada vez más dificultades para mantener el coste estructural derivado de participar en competiciones de ámbito estatal y, en algunos casos, además, replican conductas del ámbito del deporte profesional –fichajes, situaciones irregulares de jugadores, etc.- que pueden producir consecuencias no deseables para los clubes y para la modalidad. En el caso de los deportistas, los compromisos deportivos propios de una competición de ámbito estatal exigen una dedicación difícil de compatibilizar con sus obligaciones laborales, formativas y personales, provocando un abandono prematuro de la actividad.

Este nuevo marco de actuación conjunto que ofrecen Euskadi, Navarra y Aquitania al rugby no profesional permiten superar las amenazas del modelo actual, y supone un gran estímulo para los agentes que lo integran y una oportunidad de crecimiento para nuestro rugby.